“Bienaventurados los pobres en Espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos"

En realidad, la Biblia es un texto de metafísica, un manual para el desarrollo del alma, y todas las cuestiones que en ella se tratan son consideradas sobre esa base. Tal es la razón por la cual en la Biblia cada asunto se toma en su apreciación más amplia. Todas las cosas se consideran allí en su relación con el alma humana, y muchas expresiones comunes se usan en un sentido mucho más profundo que el que suele dársele corrientemente. Por ejemplo la palabra “prosperidad”, en las Escrituras significa que es mucho más que la adquisición de bienes materiales. Su verdadero significado es eficacia en la Oración. Obtener respuesta a la oración: he aquí para el alma humana, la única prosperidad que vale la pena de ser buscada. Y si alcanzamos tal respuesta es natural también que todas nuestras necesidades materiales sean igualmente satisfechas. Claro que ciertas cosas materiales son esenciales en este plano de la existencia, pero esta clase de riqueza es, en efecto, lo que menos importancia tiene en la vida y esto es lo que quiere decir en la Biblia cuando da a la palabra “próspero” su sentido verdadero. Ser pobre en espíritu no significa bajo ningún concepto lo que hoy en día llamamos “pobres espirituales”. Ser pobre en espíritu significa haber renunciado a toda idea preconcebida para buscar a Dios de todo corazón. El que es pobre en espíritu está dispuesto a dejar a un lado su actual modo de pensar, sus ideas y prejuicios, y hasta su presente manera de vivir si es necesario. En otras palabras está dispuesto a echar por la borda todo aquello que pudiera representarle un obstáculo en su búsqueda de Dios. Uno de los pasajes más conmovedores de toda la literatura es el que se refiere a un hombre rico y joven, el cual pasó por alto una de las oportunidades más grandes que se le brindaron. He aquí la historia de la humanidad en general. Rechazamos la salvación que Jesús nos ofrece “ES DECIR, NUESTRA OPORTUNIDAD DE ENCONTRAR A DIOS”, porque “tenemos grandes posesiones”. Esto no significa que seamos muy ricos a lo que a dinero se refiere “LOS RICOS SON REALMENTE UNA MINORÍA”. Nuestras grandes posiciones suelen ser de otra clase: opiniones preconcebidas, confianza juicio, y en las ideas con que estamos familiarizados, orgullo espiritual como producto de méritos académicos, predisposición sentimental o material hacia determinadas instituciones y organizaciones, hábitos de vida que nos duele abandonar, preocupación por el respeto de los demás, o quizás temor al ridículo, o un inusitado en los honores y distinciones del mundo. Y todas estas “posesiones” nos mantienen encadenados a la roca del suplicio que es nuestro exilio a Dios. ¿Por qué el clero de Jerusalén no recibió con regocijo el mensaje de Cristo? Porque tenía grandes posesiones, posesiones de erudición rabínica, de honor e importancia públicos de cargos autorizados por ser ellos los maestros oficiales de la religión. Estas posesiones habrían tenido que ser sacrificadas para recibir la enseñanza espiritual de Jesús. Los pobres en espíritu no sufren ninguno de estos impedimentos, bien porque no los han tenido nunca, o bien porque se han elevado hacia un plano superior, gracias al influjo de la comprensión espiritual. Se han liberado del amor al dinero y a los bienes terrenales, del temor al qué dirán y a la desaprobación de familiares o amigos. Ya ninguna autoridad humana, por elevada que sea, los intimida. Han abandonado toda necia confianza en la inefabilidad de sus propias opiniones. Por fin han comprendido que sus creencias pueden haber estado equivocadas, y que acaso su modo de ver las cosas y sus ideas sobre ellas podrían ser falsas y requieren de modificación.
“ESTAN LISTOS PARA EMPRENDER OTRAVEZ LA RUTA DE LA VIDA, Y COMENZAR DE NUEVO A APRENDER SU SIGNIFICADO”.


Extracto del libro El Sermón de la Montaña - Emmet Fox

Mi corazón sabe que dijiste: “Busca mi rostro”.
o busco tu rostro, Señor,no lo apartes de mí.
Del Salmo 27

Para reflexionar y meditar del principal libro de metafísica “LA BIBLIA” en esta semana Santa:

SIETE ORACIONES PODEROSAS

1- Salmo 23. Usa este capítulo cuando necesites algo de importancia. Puede que ya te lo sepas de memoria, pero vuelve a leerlo y sácale algo nuevo. Esta nueva inspiración producirá el resultado.
2- Salmo 91. Léelo cuando experimentes un sentido de peligro o aprehensión. La nota correspondiente al Salmo 23 se aplica también a éste.
3- Daniel, capitulo 6. Lee este capítulo cuando ya estás en problemas, y parece que la situación no va a mejorar.
4- Epístola de Pablo a los Hebreos, capitulo 2. Usa este capítulo para afrontar las dudas y el desaliento.
5- Epístola de Santiago, capitulo 1. Este capítulo es pura psicología y metafísica, un curso de instrucción en sí. Santiago es profundo, muy práctico y más bien personal.
6- Éxodo, capitulo 15. Este capítulo es una canción de triunfo “DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA RESPUESTA QUE SE HA RECIBIDO A LA ORACIÓN”. La acción de gracias, antes de que se dé la demostración, o ni siquiera este a la vista; es la forma más poderosa de oración.
7- Primera Epístola de Pablo a los Corintios, capitulo 13. Este capítulo es la realización de la ley. Es el atajo a la Salud, a la Armonía, y al Éxito. LA PUERTA DE ORO


Extraído de “Dale Valor A Tu Vida” – Emmet Fox

Comentarios

  1. EXCELENTE BLOG...RECIENTEMENTE TUBE UN DESPERTAR DE MI NUEVA CONCIENCIA... LA CONCIENCIA CRSITICA Y ESTOY EN LA BUSQUEDA DE TODA INFORMACION QUE ME ELEVE EN MI VIDA TERRENAL A ENCONTRAR LA DIVINIDAD QUE POR GRACIAA DIVINA ME PERTENCE...AHORA ES CUANDO COMIENZA MI RECORRIDO!!!
    ARNOLDO FERRER

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