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Mostrando entradas de abril 4, 2010

No persigas ninguna meta (Osho)

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Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil, pero aquellos que tienen una visión limitada son miedosos e indecisos: cuanto más se apresuran, más lentos van, y el apego no tiene límites; estar apegado, aunque sea a la idea de la iluminación, es desviarse. Deja que las cosas sean a su manera y no habrá ni ir ni venir. Obedece a la naturaleza de las cosas (tu propia naturaleza) y andarás libre y tranquilo. Cuando el pensamiento está cautivo, la verdad se oculta, pues todo es oscuro y confuso, y la gravosa práctica de juzgar trae consigo irritación y hastío. ¿Qué beneficio se puede sacar de las distinciones y las separaciones? Si deseas ir por el Camino único, no desprecies ni siquiera el mundo de los sentidos y las ideas. En realidad, aceptarlo plenamente es idéntico a la verdadera Iluminación. El hombre sabio no persigue ninguna meta, pero el tonto se encadena a sí mismo. Hay un Dharma, una verdad, una ley, no varias; las distinciones surgen por las tenaces necesidades del ignorant

"Les doy un mandamiento nuevo:Que os ameìs los unos a los otros como yo os he amado"

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Evangelio:Según San Juan Capìtulo 15 1 "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. 4 Permaneced en mí, como yo en vosotros.Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos.El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. 8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos. 9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis ma