No persigas ninguna meta (Osho)


Vivir en el Gran Camino
no es ni fácil ni difícil,
pero aquellos que tienen una visión limitada
son miedosos e indecisos:
cuanto más se apresuran, más lentos van,
y el apego no tiene límites;
estar apegado, aunque sea a la idea de la iluminación,
es desviarse.
Deja que las cosas sean a su manera
y no habrá ni ir ni venir.

Obedece a la naturaleza de las cosas (tu propia naturaleza)
y andarás libre y tranquilo.
Cuando el pensamiento está cautivo, la verdad se oculta,
pues todo es oscuro y confuso,
y la gravosa práctica de juzgar
trae consigo irritación y hastío.
¿Qué beneficio se puede sacar
de las distinciones y las separaciones?

Si deseas ir por el Camino único,
no desprecies ni siquiera el mundo
de los sentidos y las ideas.
En realidad, aceptarlo plenamente
es idéntico a la verdadera Iluminación.
El hombre sabio no persigue ninguna meta,
pero el tonto se encadena a sí mismo.
Hay un Dharma, una verdad, una ley, no varias;
las distinciones surgen
por las tenaces necesidades del ignorante.
Buscar la Mente con la mente discriminatoria
es el mayor de los errores.



HAY MUCHAS cosas maravillosas en este sutra. Y no solo son maravillosas sino que, para el buscador, también son esenciales, fundamentales; porque Sosan no es un poeta, es alguien que ve. Lo que dice lleva consigo la poesía del infinito, pero esa no es la cuestión. Cuando una persona iluminada habla, lo que dice es maravilloso, poético. Simplemente por su forma de ser, en todo lo que de él sale resuena él, va él, su fragancia. Pero esa no es la cuestión. No te pierdas en la poesía, porque la poesía es parte de la forma y la verdad no tiene forma.
La forma en que Sosan dice las cosas es hermosa y poética, pero recuerda, no te pierdas en su poesía. No te pierdas en la poesía de los Upanishad, del Gita, de las palabras de Jesús. En sí misma la forma es hermosa pero esa no es la cuestión. Entra en el contenido, no te quedes en el recipiente.
Para el buscador lo esencial es el contenido, entender el contenido y convertirse en él; porque no hay verdad más allá del entendimiento. De hecho, el entendimiento en sí mismo es la verdad. Decir que a través del entendimiento se alcanza la verdad no es cierto, porque no hay otra verdad aparte del entendimiento.
El entendimiento es la propia verdad. Entiendes..., te has convertido en la verdad. La verdad no está en algún lugar esperándote a ti para ocurrir: se revela a través de tu entendimiento, se revela dentro de ti.
Estas instrucciones de Sosan son para el buscador, y cada palabra tiene un gran significado.

Vivir en el Gran Camino
no es ni fácil ni difícil...

Siempre que haya una meta, el camino podrá ser fácil o difícil. Depende de dónde estés, de cuánta distancia haya entre tú y la meta, de que para llegar allí haya una autopista o tengas que caminar por un sendero. ¿Está el camino señalado en el mapa o tienes que encontrar tu propio camino?
Si existe una meta será o fácil o difícil. Depende... También depende de si has caminado por ese camino antes. ¿Conoces el camino? Si es así, entonces será fácil, pero si no conoces el camino, entonces será difícil. ¿Eres un buen viajero? Depende de tu condición física, de tu condición mental, que sea fácil o difícil. Pero la verdad no es en absoluto una meta; ¿así que cómo va a ser fácil o difícil?
Hay gente que dice que la verdad es muy difícil. Estas palabras proceden de su total ignorancia. Hay otra escuela opuesta que dice: «La verdad es fácil; no tiene nada de difícil; sólo hay que comprender, es fácil». También estos están diciendo algo que no es correcto. Y ambas posturas pueden ser entendidas por la mente. ¿Es difícil?; entonces la mente puede encontrar técnicas, caminos y medios, para hacerla fácil.
Hace tres mil años viajar era algo realmente difícil. ¡Ahora es tan fácil! como cualquier otra cosa: tú simplemente entras en un avión y no haces nada, sólo descansas. Y cuando te hayas terminado el té, ya habrás llegado. Si la meta es difícil se puede hacer fácil.
Eso es lo que Maharishi Mahesh Yogi va enseñando en Occidente: que ha descubierto una técnica de alta velocidad. Si la meta es difícil, entonces, por supuesto, te resultará muy difícil viajando en un carro, pero si viajas en avión te será más fácil.
¿Hay acaso una meta? Este es el quid de la cuestión. Si hay una meta, en algún lugar, en la lejanía, entonces hay posibilidad de hacer caminos, medios, vehículos..., más fáciles. ¿Pero acaso hay una meta?
Sosan dice que no la hay, así que ¿cómo va a ser fácil o difícil? Y si no hay una meta, ¿cómo va a haber un camino? Y si no lo hay, ¿cómo va a haber métodos y técnicas para llegar a ella? ¡Imposible! Sosan dice que no es ni fácil ni difícil, puesto que no existe ninguna meta en absoluto.

Vivir en el Gran Camino
no es ni fácil ni difícil...

¿Entonces qué es este Gran Camino? Este Gran Camino es tu naturaleza; ¡tú ya eres eso! Es por eso que no es una meta. No es algo que esté en el futuro. No se necesita tiempo para que ocurra. Tú siempre has estado en él; ya es. Ya estás en la meta, tú existes en la meta. No puedes existir fuera de ella, ni hay posibilidad de que te salgas de ahí. Por muy lejos que te vayas no puedes salirte de ahí. Donde sea que vayas tu Tao irá contigo. Es tu naturaleza intrínseca. No es prescindible, no puedes ponerla a un lado y olvidarla. Ya estás ahí porque ese «ahí» es aquí. No necesitas mirar al futuro: simplemente estate aquí, y lo encontrarás.
Si lo buscas, no lo encuentras. No busques, sólo sé, y ahí está. Y te reirás, porque siempre ha estado ahí; era sólo debido a tu búsqueda que no te dabas cuenta, que al tener tanta prisa no podías verlo dentro de ti.

Vivir en el Gran Camino
no es ni fácil ni difícil,
pero aquellos que tienen una visión limitada
son miedosos e indecisos:
cuanto más se apresuran, más lentos van,
y el apego no tiene límites;
estar apegado, aunque sea a la idea de la iluminación,
es desviarse.
Deja que las cosas sean a su manera
y no habrá ni ir ni venir.
Deja que las cosas sean a su manera
y no habrá ni ir ni venir.

ERES EL CAMINO y la meta. No hay ninguna distancia entre tú y la meta. Eres el buscador y lo buscado. No hay ninguna distancia entre el buscador y lo buscado. Eres el devoto y la devoción. Eres el discípulo y el maestro. Eres el medio y el fin. Ese es el Gran Camino.
Ha estado siempre a tu alcance. En este mismo instante estás en él. Despierta, y estás en él. Te vas a dormir, y permaneces en él, sólo que al estar dormido no puedes verlo. Y entonces te pones a buscar.
Tú eres como un borracho buscando su hogar, pidiendo algo que está justo delante de tus ojos. Pero en tus ojos no hay claridad: están llenos de opiniones, de distinciones, están llenos de palabras y teorías. Por eso tu visión es borrosa. Por lo demás, lo que sea que estés buscando está justo delante de ti.
Los hindúes emplean el método de mirarse la punta de la nariz: simplemente te sientas en silencio y te miras la punta de la nariz, sin hacer ninguna otra cosa. A la gente le parece gracioso, ¡porque vaya una tontería!: ¿qué vas a conseguir con eso? Pero se ha perdido su significado. Lo que los hindúes quieren decir con esto es que está justo delante de ti, justo en la punta de la nariz. Quédate en silencio, mírate la punta de la nariz y no te líes con ningún pensamiento... Y de pronto, ahí está; justo en la punta de la nariz, siempre delante de ti.
Y esto es lo bonito de mirarse la punta de la nariz: vayas donde vayas está siempre delante de ti. Si vas al lugar adecuado, ahí está; si vas a un lugar equivocado, ahí está. Si eres un pecador, está delante de ti; si eres un santo, ahí está, delante de ti. Cualquier cosa que hagas (ponte boca abajo, en la postura de shirshasana), y ahí está, delante de ti. Duérmete, y ahí está; despierta, y ahí está.
Esto es lo que quiere decir mirarse la punta de la nariz, porque hagas lo que hagas, no puedes ponerla en otro sitio que delante de ti. En cuanto te mueves, se mueve. Sólo mirándote la punta de la nariz entenderás que la verdad está justo delante de ti. Adonde sea que vayas, va contigo. No puedes perderla, así que no es cuestión de encontrarla. Entender que no la has perdido... Pero fíjate: normalmente nunca te miras la punta de la nariz, porque siempre estás mirando otras cosas, interesado por otras cosas. Nunca te miras la punta de la nariz.
Los hindúes tienen otra hermosa teoría. Dicen que cuando alguien empieza a mirarse la punta de la nariz, significa que su muerte está próxima, que morirá antes de que hayan pasado seis meses. Cuando empieza a verla sin hacerlo voluntariamente (cuando haga lo que haga va viéndose la punta de su nariz), morirá en un periodo de seis meses.
Hay algo de verdad en esto. Porque solamente te haces consciente de la punta de tu nariz cuando todos tus deseos, todos los objetos de deseo, han dejado de tener sentido. Ya no tienes energía para perseguir deseos, se acerca la muerte. Ya te queda muy poca energía, toda la vitalidad se ha desvanecido. No puedes ni mover los ojos, no puedes correr tras las metas y los deseos... la vida se va desvaneciendo. Al final no queda nada excepto mirar la punta de la nariz. Este es uno de sus significados.
Otro, y más importante, es que siempre que una persona pueda verse la punta de la nariz, morirá a este mundo. Tendrá un nuevo nacimiento, porque ha mirado con claridad delante de sí mismo. Este mundo y esta vida desaparecen. En lo que concierne a su viejo ser, él ya está muerto. Él es un nuevo ser, es un renacimiento. Ahora ya no hay un ir y venir.
Se ha realizado; ¿tan sólo mirándose la punta de la nariz? Sí, porque la cuestión radica en mirar lo que hay delante y no a los lados. Porque la verdad está delante de ti, no puede ser de otra forma. No es ni fácil ni difícil.
No es cuestión de esfuerzo, ¿cómo va a ser fácil o difícil? Es cuestión de despertar, no es cuestión de esfuerzo, no es cuestión de hacer algo. Al hacer, te perderás, porque te absorberá el hacer. Y si haces algo, será fácil o difícil.
Es cuestión de no-hacer. ¿Cómo va a ser fácil o difícil el no hacer? El no-hacer está completamente más allá del mundo del hacer. ¡Es solamente ser! ¿Cómo puede el ser resultar fácil o difícil? Ser es simplemente ser. Este es el Gran Camino. El único esfuerzo está en llegar a conocer y verse la punta de la nariz, sólo en mirar con claridad delante de ti.

El libro de la Nada

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