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Mostrando entradas de abril 22, 2012

El orgullo del éxito.

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"He trabajado duro y considero que soy en este momento un hombre exitoso. Mentiría si no admitiera que me siento muy satisfecho y, sí, muy orgulloso de lo que he logrado. ¿Hago mal?" Cierta tarde, un visitante extranjero se dirigió a Sri Nisargadatta con estas palabras. Era un hombre de cuarenta y tantos años, soberbio, seguro de sí y un poco agresivo. La conversación se desarrolló entonces sobre las siguientes líneas: Maharaj: Antes de que consideremos qué "está bien" y qué "está mal", dime por favor quién hace esta pregunta. Visitante (un poco sorprendido): ¿Cómo? "Yo", desde luego. ¿Y quién es ése? Yo. Este "yo", quien está sentado frente a ti. ¿Y tú crees que eso eres? Me ves. Yo me veo. ¿En qué puede haber duda? ¿Te refieres a este objeto que tengo frente a mí? Retrocede en tu memoria tanto como te sea posible; ¿cuál es el recuerdo más antiguo que guardas de lo que crees ser? (Después de un par

Ser

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EL DISFRAZ DE LA ESENCIA DIVINA El gran sol. Hubo una vez un gigantesco sol que destellaba e iluminaba todos los rincones del universo, y sus rayos llegaban a distancias inimaginables. En la propia evolución de ese sol, empezaron a desprenderse chispas de él mismo con conciencia, y empezaron saltar en todas direcciones preciosas chispas, con muchos destellos, con muchos brillos, sublimes y con plena conciencia de su esencia solar y divina. El recorrido de las chispas. En su recorrido empezaron a revestirse de diferentes energías solares que rodeaban su camino, y eran plenamente conscientes de que se estaban envolviendo en una energía un poquito menos brillante de la de su sol. Esa era la idea, que fueran asumiendo, que incorporaran otras energías a su esencia solar. Y sucedió que fueron viajando y a la vez encontrando otros tipos de vestiduras que iban añadiendo a las anteriores, y era un disfraz sobre otro disfraz, hasta que llegó un momento que las mismas chispas no pod