La ley de la práctica (Emmet Fox) 4


La práctica conduce a la perfección. Ese familiar proverbio encierra una de las grandes leyes de la naturaleza humana, la cual – como es una ley – nunca , bajo ninguna circunstancia, se viola.
Para ser hábil en cualquier campo, es preciso practicar. Sencillamente, no hay logro sin práctica, y mientras más se practique, siempre que se haga inteligentemente, mayor será la pericia y más pronto se obtendrá. Eso se cumple en el estudio de la música, de un idioma, cuando se aprende a nadar, a patinar, a esquiar, o a volar. Se cumple en todo aspecto imaginable de la actividad humana. La práctica es el precio de la pericia.
En la vida comercial, y en cualquier clase de administración o dirección ,la experiencia es la forma que adquiere la práctica, una vez más es la práctica la que conduce a la perfección. De ahí que, si otros aspectos son iguales, se suele escoger a una persona mayor para puesto de responsabilidad y no a una persona más joven.
En la metafísica, los efectos de esta ley son particularmente impresionantes. El control del pensamiento es, por completo, cuestión de práctica inteligente. Y la verdadera religión puede muy bien resumirse como la Práctica de la Presencia de Dios. Pero observen que he dicho una práctica inteligente. Forzar algo con violencia no es práctica inteligente, al igual que no lo es la lentitud monótona.
La práctica es el secreto del logro. Podemos parodiar a Danton y decir: ¡ Práctica! ¡Y más práctica! ¡ Y todavía más práctica!
“Poned la palabra en práctica, y no os contentéis sólo con oirla”. Santiago 122.



Un amigo nuestro iba caminando al atardecer por una playa desierta. Mientras caminaba, diviso a otro hombre a lo lejos. Al acercarse, noto que el lugareño se agachaba constantemente, recogia algo y lo arrojaba al agua. Una y otra vez lanzaba cosas al oceano. Cuando nuestro amigo se acerco mas todavia, vio que el hombre recogia estrellas de mar que se habian clavado en la playa; y una a la vez las iba devolviendo al agua. Nuestro amigo se sintio confundido. Se acerco y dijo: -Buenas noches, amigo. Me pregunto que esta haciendo. El hombre le respondio: -Devuelvo estas estrellas de mar al oceano. Ve, en este momento, la marea esta baja y todas estas estrellas quedaron en la costa. Si no las echo nuevamente al mar, se mueren aqui por falta de oxigeno. -Ya entiendo -respondio nuestro amigo- pero ha de haber miles de estrellas de mar en esta playa. Es imposible agarrarlas a todas. Son demasiadas. Ademas, seguramente esto pasa en cientos de playas a lo largo de toda la costa. No se da cuenta que no cambia nada?. El lugareño sonrio, se agacho, levanto otra estrella de mar para arrojarla de nuevo al mar y respondio: - Pues para esta, si cambio algo! Recuerda siempre que tus palabras y tus actos tienen el poder de cambiar una vida.

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