Las Grandes Leyes Mentales 3 (Emmet Fox)


3 – La Ley de la Actividad Subconsciente

No bien el subconsciente acepta cualquier idea, de inmediato trata de llevarla a cabo. Utiliza todos sus recursos ( los cuales son mucho mayores de lo que se suele suponer) para ese fin. Utiliza todo ápice de conocimiento que uno haya acumulado, la mayor parte del cual se ha olvidado por completo, para conseguir su propósito. Moviliza los numerosos poderes mentales que uno posee, la mayoría de los cuales uno nunca emplea conscientemente. Aprovecha la energía ilimitada de la mente. Alinea todas las leyes de la naturaleza a medida que operan tanto dentro como fuera de usted, para obtener lo que persigue.
A veces consigue inmediatamente su objetivo. A veces le toma un poco más de tiempo, otras veces, mucho tiempo, dependiendo de las dificultades que hay que superar. Pero si el objetivo no es completamente imposible, el subconsciente lo logrará, una vez que acepte la idea.
La ley se cumple tanto con las ideas buenas como con las ideas malas. Esta ley, cuando se utiliza negativamente, provoca enfermedades, problemas y fracasos, cuando se utiliza positivamente, genera salud, libertad y éxito. La Biblia nos dice que la armonía es inevitable no importa lo que hagamos – eso es una simpleza – , enseña que la armonía es inevitable cuando nuestros pensamientos son positivos, constructivos y generosos.
De esto se desprende que lo único que hay que hacer es conseguir que el subconsciente acepte la idea que queremos reproducir, y las leyes de la naturaleza harán el resto: producirán un cuerpo sano, las circunstancias armoniosas, la carrera exitosa. Nosotros damos las órdenes, el subconsciente hace el trabajo.
Había una vez tres árboles en una colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y esperanzas y el primero dijo: "Algún día seré un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Estaré decorado con labrados artísticos y tallados finos, todos verán mi belleza". El segundo árbol dijo: "Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco" Finalmente el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles en el bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará". Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores vino donde estaban los árboles. Cuando uno vio al primer árbol dijo: "Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero", y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz debido a que sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros. El otro leñador dijo mientras observaba al segundo árbol: "Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto". El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación. El ultimo leñador se acercó al tercer árbol, este estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño nunca se volvería realidad. El leñador dijo entonces: "No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré este". Y corto al tercer árbol. Cuando el primer árbol llegó donde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era por lo que tanto había orado. El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña balsa de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago. Y vio como sus sueños de ser una gran embarcación cargando reyes habían llegado a su final. El tercer árbol fué cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega. Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y esperanzas por las que tanto habían orado. Entonces un día un hombre y una mujer llegaron al pesebre. Ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba haber podido tener una cuna para su bebe, pero este cajón debería serlo. El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia. Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual habían convertido al segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado y se durmió en la barca. Mientras ellos estaban en el agua una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres. Los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo: "¡Calma! ¡Quédate quieto!", y la tormenta y las olas se detuvieron. En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de reyes y Señor de señores. Finalmente, un tiempo después alguien vino y tomó al tercer árbol convertido en tablas. Fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina. Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él. Así que recuerda, cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para uno. Si pones tu confianza en Él, te va a dar grandes regalos a su tiempo. Recuerda también que cada árbol obtuvo lo que pidió, sólo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, solamente sabemos que: Sus caminos no son nuestros caminos, pero sus caminos ¡siempre son los mejores!.

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