Amor y Curación



Hay una Ley Divina que dice, que el amor es el poder cohesivo. Tanto atrae de bueno y perfecto, que borra, disuelve, transmuta y eleva a la perfección cualquier situación. El amor que se irradia es absorbido por un ser, pero el amor que está despertando dentro de uno mismo, llena todas las células, todas las moléculas, la sustancia de la carne y ahí va haciendo su proceso regenerador.


Por eso es tan importante amar a alguien, como enseñar a amar, porque un ser que no ama, no tiene ese poder renovador dentro de sí mismo. Si bien absorbe el amor que le llega externamente, pero no lo genera en sí mismo. Ahora bien, si este ser se dirige a su Divina Presencia- que es Dios, o sea la fuente del amor, entonces le puede pedir que Ella descargue en el o ella ese amor Divino para que llene todo su ser interno y externo.


El amor transforma, renueva, es una fuerza, una energía positiva que hace los tan llamados milagros que no son otra cosa que el amor en acción. El Maestro Hilarión nos dice al respecto: “Los saludo desde el Quinto Rayo Yo, Hilarión y les traigo hoy un mensaje de amor. Piensen en el día en que la propia palabra amor pueda llevar suficiente energía para curar a alguien.


Eso es lo que este Maestro hace, tiene tanto amor en su ser, tiene tanto amor con ímpetu de curación que, donde El pone Su amor, donde a El le llega una llamada de curación, su respuesta es amor. Entonces, si analizamos el amor, en el Rayo Rosa se nos ha enseñado que el amor transmuta el pasado, entonces donde hay mucho amor, cualquiera puede ser un auxiliar, un asistente para la transmutación de un pasado y esto se refleja como curación. Hay curación, pero hay que amar mucho, como amó Jesús, Hilarión, y otros tantos Seres.


Y se nos dice: “Yo soy privilegiado de ser capaz de ver glorioso futuro, además de los esfuerzos presentes hacia el perfeccionamiento de este Planeta. Veo la enfermedad, aunque presente todavía por un tiempo, para señalar la inarmonía, siendo controlada rápidamente mediante una reexpresión del amor natural.


El estado natural nuestro es ser amorosos. El estado principio es amor, entonces, cuando volvemos a la reexpresión del amor, no hacemos más que volver a lo que fuimos en algún momento dado. Eramos seres plenos de amor y no había necesidad de curación porque no había enfermedad. Esto volverá a suceder en la Tierra, cuando haya amor .


El amor es el poder cohesivo, el poder que hará trabajar en armonía a un órgano, para reorganizarlo atómicamente a su patrón perfecto. El resto de la energía es después enviada de regreso a su existencia primordial, para la repolarización.


El Amado Hilarión nos enseñó que hay que enviarle amor a un órgano que temporalmente no está funcionando correctamente. Entonces, al irradiarle amor a una mano, a un pie, a un dedo de un pie lastimado, uno eleva la vibración en esa parte necesitada y la curación llega. Si esa radiación de amor está bien hecha, va a curar el efecto y va a curar lo que está en el cuerpo etérico como causa.


Entonces el amor transmuta el pasado, el amor cura y también se nos enseñó que no califiquemos nuestros órganos con nada menor que el amor y la perfección. ¡Cuántas veces hemos enviado un sentimiento de impaciencia, por decir lo más liviano, hacia un órgano que está demandando amor!. Aprendamos a escuchar a nuestro cuerpo, el lugar de nuestro cuerpo que está pidiendo amor, para ser curado y así aprenderemos a vivir en salud.


Por eso estas enseñanzas nos dicen que nunca debemos calificarnos con nada menor que el amor y la perfección, porque cuando nos hemos equivocado y hemos pedido perdón por esa equivocación, esa energía se transmuta y se purifica. Algunas personas piensan que cuando pedimos perdón nos rebajamos y no es así, nos dignificamos. La que se rebaja es la personalidad, que no tiene porqué estar imponiéndonos una cosa que no es correcta.


Cuando pedimos perdón, cuando nos elevamos a través de un hermoso perdón, es el Cristo y la Divina Presencia que están hablando y a través del perdón también llega la curación. La mayoría de las enfermedades son por perdones no dados y perdones no pedidos, que afectan, que deterioran una determinada parte de nuestro cuerpo. A veces el cuerpo mental, otras el emocional, etc, y entonces nos damos cuenta que tenemos que dejar de escuchar la personalidad y vivir ya con nuestra Divina Presencia para estar sanos, y cooperar con el bendito Elemental de nuestro cuerpo, que cada día amamos más.


Cuando tengamos que hacer un esfuerzo determinado a través de alguna parte de nuestro cuerpo, por algún objetivo que no podemos dejar de realizar, hay que explicárselo y el va a cooperar a que ese objetivo sea cubierto y le diremos que después que se cumpla, le daremos todo el descanso que necesite. Esto también es amor y esto también trae curación.


Nuestro Elemental es una energía muy inteligente y cuando ve que no estamos abusando de él, que no lo estamos agrediendo por capricho, por voluntad, exigiendo un esfuerzo determinado por cosas que son sin objetivo, va a cooperar y después, cumplamos nosotros con él. Hay que tener respeto por esa energía, es una energía que hay que reconocer que en muchos aspectos es más inteligente que nosotros, puesto que puede curarnos, puede volver a formar una piel que ha sido lastimada y puede hacer tantas otras cosas que nosotros no sabemos hacer. Lo único que demanda es respeto, amor y gratitud. Cuando nosotros ascendamos y no necesitemos más al Elemental del cuerpo, él va a animar formas más evolucionadas.


Los elementales que construyen lagos y demás son los llamados Elementales externos. Los Elementales del cuerpo son del Reino elemental pero están en otra función de servicio, dado que cada uno cumple su función dentro del Reino elemental. Los que están en función externa también van ascendiendo en evolución, haciendo cada vez cosas de mayor envergadura, desde una flor hasta una montaña, van ascendiendo en esa forma.


Entonces, sintetizando, hemos aprendido que a través del amor hacia nuestro propio Elemental del cuerpo, podemos recibir cooperación, ayuda en cuanto a curarnos mucho más rápido, que si no hay cooperación consciente entre nuestra conciencia y el Elemental del cuerpo. Hemos aprendido que a través de nuestra Divina Presencia podemos ser curadores de nosotros mismos y hacia los demás, y que no debemos escuchar a la personalidad ni al ego, sino a la Presencia.


Cada átomo en el plano físico tiene su plan Divino, o un estado natural al cual volverá, si le es dado el nivel vibratorio correcto o empuje vibratorio y cada órgano y célula tienen diferentes vibraciones. Así que cada célula tiene un estado vibratorio diferente al de su vecino. Entonces, cuando nosotros estamos en paz, en armonía, cada átomo y cada célula vuelve a su estado natural de vibración. En el mismo momento que nos lastimamos el dedo de un pié, todas las moléculas que forman el dedo de un pie, salieron de su estado vibratorio natural y tienen que volver luego a su estado. Y ahí también necesitamos del amor y de la cooperación del Elemental del cuerpo.


El Mahá Chohán nos enseñó: “el que es amigo del Elemental de su cuerpo, nunca estará enfermo”. Una cirugía es una agresión al cuerpo, una inyección también, es decir todo lo que cause dolor es una agresión a nuestro cuerpo. Toda fractura proviene de una desarmonía y muchas veces de un estado nervioso que hace que uno se caiga, se lastime o se golpee. Al vivir en paz, todo esto es evitable.


Hay que reconocer al Elemental de nuestro cuerpo, darle amor y gratitud para que no se sienta más agredido. Tanto tiempo que no lo conocíamos y que tiene que estar reparando una y otra vez las agresiones que hacemos aún al cuerpo. Cuando nos ponemos una inyección, le tenemos que pedir perdón por necesitar esa inyección y explicarle porqué lo hacemos, mientras pedimos también la transmutación de la causa por la que estamos necesitando ese medicamento.


Cuando tengamos la conciencia de hablarle como a un amigo muy amado, de explicarle, de pedirle cosas y pedir perdón cuando haga falta pedirlo, nuestra vida será una vida más completa, más plena, más agradable y por lo tanto, más felíz.



SOBRE FIN DE AÑO Y NAVIDAD:



Lo mejor que podemos hacer el 3l de diciembre es “vaciarnos”, soltando todo lo negativo, si todavía quedase en nuestro ser, en la mente, en el corazón algún rencor, algún resentimiento, alguna cosa que sea menor que el amor, vaciémoslo y aprovechemos la purificación anual y no volvamos a grabar nada de lo que no deseamos más, ésta es la mayor bendición que podemos hacer el 3l de diciembre, en la noche, poniendo la atención en esa purificación que es amor, demandando por ejemplo, algo bueno para nosotros, una virtud y no es egoísta porque todos somos una unidad



Lo que hacemos por nosotros repercute, se refleja en todo nuestro entorno. No permitir que en la noche del 3l de diciembre al 1 de enero se remueva el pasado, esto es el mayor bien familiar que podemos hacer y todos recibirán la radiación de esa energía positiva. El Espíritu de Navidad es una energía que desciende para asistir, la energía que nosotros fuimos poniendo en acción desde los primeros días de diciembre, esa energía tiene un solo objetivo: dar, porque nosotros la fuimos formando con todo lo que fuimos dando, con cada saludo, con buenos deseos, con regalos, con oraciones, con decretos y cantos y no se diluye el 3l de diciembre, esa energía se expande, se vá proyectando, cumpliendo su objetivo hasta bien entrado el mes de enero, es una energía que vá canalizándose a través de Angeles, Devas, a través de Elementales. Se dice 7 semanas a partir de diciembre, día más, día menos, Ellos no se guían por el almanaque, son energías que van teniendo su ritmo y se van expandiendo.



Extracto del Libro de Curaciones.



Esta semana recibimos el regalo más hermoso de Dios su manifestación a través del Niño Jesus,


en sus Corazón grabemos nuestros pedidos , sueños y problemas para que Él con su infinito Amor incondicional los transforme en lo que necesitamos.


Aprovechemos a curarnos y a curar a nuestros semejantes cono todo el Amor que hay en nuestro Corazón y preparemosnós para el inicio de un nuevo Año sumergidos en esta oración:



"Padre Bueno y Misericordioso bendiceme en esta Navidad con Tu Santísima Presencia, que es Amor Puro e Infinito, perdono a todos los que me han hecho algún mal, te pido que también me perdonen todos a los que he ocasionado un mal consicentemente o incoscientemente.Rodeame y rodeanos a Todos con Tu Amor y que a partir de ello realice todas las acciones y proyectos de mi vida.


Te amo con todo mi corazón ,Gracias Padre por que ya me has escuchado"


Comentarios

Entradas populares de este blog

Oraciones Metafìsicas para la Vida diaria.

Bendiciones para tu Casa.

“Bienaventurados los pobres en Espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos"