Señor haced de mi

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.

Esta vuelta significa, un momento de enorme alegría en mi vida. Esta oración también es particularmente especial para mi corazón, ya que me recuerda mi infancia en un colegio Franciscano.
Me gusta mucho y la comparto con todos , ya que entiendo que resume muy bien, el propósito que quiero para mi existencia.
Sabemos también que todo lo que sembramos, es lo que vamos a cosechar por eso más compasión en sus dos formas , ser compasivo con mis semejantes (y vivir la vida con pasión), buscar siempre ser protagonista y no víctima de las situaciones.
Recordar que el cielo es en la tierra y el infierno también , son estados de los cuales cada uno de nosotros elige en cual estar.
¡Que Dios todopoderoso los ilumine y los guíe a todo aquello que estén necesitando para crecer, por la intercesión de San Francisco y de todos los santos de todos los credos! que así sea y así será.